Es continua la creación de
basurales clandestinos, y parecieran no tener conciencia quienes los crean, ni los
que colaboran para así se haga.
Muchas familias desde sus hogares
realizan tareas de limpieza, remoción, podado o descacharrado de elementos del
interior de sus propiedades, y para poder deshacerse de estos, utilizan
zorritas.
El valor que se abona a quienes
se movilizan en zorritas ofreciendo este tipo de servicios de limpieza y
acarreo de basura es muy bajo, rápido, pero poco efectivo para la comunidad en
sí, ya que arrojan estos elementos en cualquier lugar y sin tener en cuenta si
producen males peores o no.
Muchas de estas zorritas son
conducidas por niños que con el afán de llevar dinero a sus padres no se dan
cuenta de lo mal que hacen arrojando basuras en los lugares no habilitados para
esto, más teniendo en cuenta que el basural está en un lugar muy alejado para
que ellos puedan trasladarse con su pequeño medio de movilidad.
La responsabilidad es compartida
entre quienes entregan los elementos y los que efectúan el traslado, y los
perjudicados somos todos los vecinos de esta ciudad.
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